• Periodismo y miradas desde dos culturas...

    Escribir en blog…

    Este blog nació con la idea de ilustrar temas cotidianos bajo una mirada intercultural y al mismo tiempo avanzar en el desarrollo del alemán y español, idiomas extranjeros que tanto nos habían costado aprender. Nuestro pasaporte a la aventura era la experiencia de vida revuelta entre Alemania y Bolivia. Éramos conscientes del riesgo de no encontrar ni un solo lector. La sorpresa fue que en estos dos años y medio de existencia online, en el intento de mostrar aquellas pequeñas  cosas que interesan a la gente común de ambos países —esas que muchas veces escapan a los grandes medios—, terminamos recorriendo caminos impensados y aprendiendo un mundo de este mundo digital.

    La gente no familiarizada con la escritura puede suponer que cada nota pasa de la idea al texto y publicación casi de forma instantánea. La velocidad de la revolución digital por su parte no ha permitido que las mayorías logren entender y diferenciar los nuevos canales de comunicación en red. Para el caso particular del blog, todavía se piensa que este es un formato dedicado a temas superfluos, muchas veces ligados a egos particulares, y en buena parte de dudosa confiabilidad. Describo el proceso de escritura en Niemandsland con dos personas: una editora alemana con gusto por la escritura, viviendo en Bonn, y otra periodista boliviana con gusto por la edición, viviendo en La Paz. Los temas o ideas son compartidos vía WhatsApp (aunque muchas veces seguimos usando el e-mail). Una vez escrito, el artículo pasa a una traductora profesional de carne y hueso, para versionar el texto al idioma alterno de publicación (del alemán al español o viceversa). Desde la elaboración del artículo hasta la traducción puede pasar fácilmente una semana. Ahí el primer aprendizaje: cada idioma tiene un ritmo y sonoridad, y las traducciones, incluidas las humanas, necesitan adaptaciones para fluir y no crujir.

    Cuando iniciamos esta aventura digital nos dirigíamos hacia una pequeña comunidad de lectores que teníamos gracias a una publicación impresa con la que ambas colaborábamos. Habíamos observado que buena parte de ese público quedaba disperso a su retorno a Alemania o en su reubicación en algún otro país, después de haber vivido en Bolivia. La constante del grupo era el interés por las novedades de Bolivia, más allá de los grandes temas políticos o económicos bolivianos que lograban trascender hasta la prensa internacional. Sus años bolivianos eran parte de su nueva vida y quería conservar los vínculos: quién vive una cultura estará siempre impregnada de ella, esté donde esté. Así, la apertura de un nuevo café en la ciudad o nuevos autores en el espectro literario boliviano tenían el potencial de tema de conversación familiar en algún lugar de Alemania o del mundo. Esa era por lo menos nuestra idea. Entonces nos llegaron señales desde el público: con los meses confirmamos que nuestros lectores estaban concentrados en Alemania y Bolivia, pero también hallamos signos rojos en España. ¿Cómo entender las gráficas que nos mostraba WordPress?

    Poco a poco fuimos descubriendo que nuestra irrupción online coincidió con la cresta de la ola de la nueva migración de jóvenes españoles hacia Alemania. Oportunidades laborales o estudios al amparo del programa Erasmus fomentaban la curiosidad:  las entradas a nuestro blog desde España eran —suponemos— de potenciales migrantes españoles curiosos de indagar sobre las costumbres de vida en Alemania. Durante varios meses el artículo Cena alemana se mantuvo entre los más leídos desde España. A partir de ese dato suspendimos los artículos sobre nuevos cafés en La Paz y empezamos a escribir artículos relativos a la vida cotidiana en Alemania. Si nuestros lectores del momento estaban en España, deseosos de conocer particularidades de la vida en Alemania, ¿porque debíamos dedicarnos a mostrar lugares de entretenimiento en una ciudad de los Andes sudamericanos? En esos mismos meses nos tocó cruzar de nuevo a América Latina porque encontramos otro segmento interesado en los mismos artículos: eran los estudiantes de colegios alemanes latinoamericanos que se aprestaban al viaje de intercambio estudiantil en Alemania. En este caso descubrimos que eran las madres  quienes nos leían y preguntaban por más detalles. La mesada fue un artículo muy consultado desde Perú, Brasil y otros países de Centro América. Nos sentimos  bastante útiles en ese momento. Entendimos que escribir en un blog no era sólo dedicarnos a ejecutar el plan inicial; debíamos ser flexibles e intentar estar a la altura de inquietudes maternales tan comunes cuando los hijos cruzan tierra, océano y cultura: “Somos sudamericanos y nuestra familia no tiene conexión alguna con Alemania. Mi hija estudia en un colegio alemán y este año se va de intercambio por tres meses. ¿Los alemanes cenarán frío o caliente? ¿Cómo es eso de que comen chocolate untado en pan?”. Abordando temas como estos aprendimos  que no todo está dicho en este mundo sobre informado e híper conectado; todavía hay nichos…

    Entre consultas comunes también tuvimos otras cartas vía e-mail. Entre las más curiosas por origen o interés: desde la India el biólogo que indagaba sobre los batracios en la altura, desde Grecia la muchacha que buscaba más datos sobre viajes en mochila por el Altiplano boliviano, desde Alemania el profesor que tenía en su clase a una niña boliviana adoptada y cuya tarea era investigar sobre el Cambio Climático en Bolivia (la niña sólo hablaba alemán pero sabía de sus orígenes), desde Brasil y argentina varias mujeres y un par de organizaciones interesadas en los textiles bolivianos y en la posibilidad de hacer cursos en los más variados procesos de los tejidos autóctonos, desde la Amazonía boliviana un investigador holandés con ganas de compartir imágenes de sus hallazgos. Tuvimos muchas más, pero estas cartas nos dieron materia para charlas y reflexiones en el equipo.

    El mapeo WordPress (servicio no modificable del sistema de gestión de contenidos en el que está anclado el blog) nos muestra hoy puntos rojos de lectores en Alemania, Suiza, Austria, Francia, Reino Unido, Países Bajos, Italia, Suecia, Luxemburgo, Dinamarca, Polonia, Ucrania, Rusia, Bulgaria, Liechtenstein, Portugal, Bélgica, Hungría, Montenegro.  Otros en Bolivia, Argentina, México, Chile, Perú, Brasil, Colombia, Ecuador, Venezuela, Costa Rica, Uruguay, Paraguay, Guatemala, Panamá, República Dominicana, Honduras, Puerto Rico, Nicaragua y Cuba. También otros imprevistos por nosotras en un inicio: Estados Unidos, Túnez, India, Israel, China, Australia, Japón, Corea del Sur, Turquía, Jordania, Tailandia, Grecia, Sudáfrica, Indonesia, Kenia, Singapur, Pakistán, Nueva Zelandia, RAE (Hong Kong), Arabia Saudí, Egipto, Madagascar, Azerbaiyán, Taiwán, Kazajistán, Marruecos y Vietnam. Estamos convencidas de que ser un blog bilingüe nos llevó tan lejos. Con sólo una lengua habríamos llegado a la esquina. Nos alejamos de nuestro grupo meta del inicio pero nos acercamos a otros lectores buscadores de algo concreto de su interés. Hallamos lectores en lugares sorprendentes y la experiencia de escribir y publicar online ha sido de lo más edificante, gratificante y emocionante como aquel día en que el artículo Alemán: ¿lengua extranjera dominante en Bolivia? apareció como referencia de Wilkipedia para el tema Colonización alemana de América, reportando cientos de visitas a Niemandsland hasta hoy.  El artículo está basado en datos del último censo en Bolivia, entrevistas y contrastes. Un nuevo aprendizaje: las investigaciones ceñidas a normas periodísticas tienen potencial de documento de consulta en la web.

    ¿Y qué leen nuestros lectores desde esos puntos rojos? Aquí la lista de lo más leído en Niemandsland a lo largo de sus dos años y medio de existencia:

    Título del artículo (post)                                                                       Visitas

    Página de Inicio                                                                                                  6.062

    Alemán: ¿lengua extranjera dominante en Bolivia?                                   1.335

    Viaje textil por Bolivia                                                                                       1.051

    Los afectos                                                                                                              320

    Cena alemana                                                                                                        242

    Equitación en tierra de llamas                                                                           240

    Bueno y bello: La belleza en Alemania                                                             210

    Bronze Coffeebar, forja del pasado en clave moderna                                  202

    Casa Bar… un lugar en lo alto                                                                            202

    A mochila y bus en el altiplano boliviano                                                        194

    Viaje adolescente                                                                                                  181

    A paso de llama                                                                                                    167

    Historias de tren andino                                                                                    161

    Carreras solidarias sobre los 3.600 m                                                             159

    Bolivia y Alemania: síntomas de recuperación comercial                          154

    El temor inicial de no encontrar ni un solo lector —ni siquiera en el vecindario de la almohada— fue superado. Haciendo un balance de números y emociones, llegamos al punto de decir que lo volveríamos a hacer incluso tomando en cuenta únicamente las emociones: la alegría de encontrar un tema sobre el cual escribir, el placer de jugar con los dos idiomas, la felicidad de encontrar la palabra correcta para expresar la idea, el júbilo al hallar el título, el contento al cumplir con el cronograma de publicaciones. El proceso de escribir, un premio; la lectura de los artículos, un regalo extra. Muchísimas gracias a nuestros lectores por tal obsequio.

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