• Periodismo y miradas desde dos culturas...

    #LBM19 o lo que cuenta la Feria del Libro de Leipzig

    “La editorial de países desconocidos” se lee en el banner de la pequeña editorial Achter Verlag. Para un blog germano-boliviano como Niemandsland, la editorial de países desconocidos es un buen punto de partida para su cobertura informativa puesto que entre los más de 2.000 expositores de la Feria del Libro de Leipzig (LBM) 2019 no encontré, en mi primer recorrido, ninguna que tuviera algo que ver con Bolivia. Ni siquiera hallé la editorial Achter Verlag. La encargada de información en el lounge de traductores hojeó su guía algo apenada y me dijo que el español no estaba en su agenda.

    No es de extrañar, dice Vakarė Smaleckaitė, vocera del Instituto Cultural Lituano, que sale a mi encuentro desde una sala de reuniones completamente escondida detrás de un anaquel de libros. Tradicionalmente la historia de la Feria de Leipzig estuvo orientada hacia los países del Este. Desde la época de Goethe, Leipzig y Frankfurt han estado compitiendo por ser el centro de las lumninarias en el ámbito del libro.

    Pero durante la Guerra Fría los caminos parecían divergir para siempre. La Feria de Leipzig se especializó en el intercambio con Europa del Este y Frankfurt puso la cara al resto del mundo. Tras la reunificación alemana, el idealista patrocinador de la Feria de Leipzig, el Börsenverein des Deutschen Buchhandels (la organización de los libreros alemanes, llamada Börsenverein a secas) decidió que no debían perderse los muchos años de experiencia de Leipzig en el mercado literario de Europa del Este y mantuvo su antigua orientación, aunque añadiendo otra nueva.

    Cada año se invita a un país anfitrión (oriental), junto a su programa, con el objetivo de apoyar el proyecto. El 2019 el anfitrión fue la República Checa pero el  2021 será Portugal. Una evidencia que demuestra que la fijación en Europa del Este parece estar aflojando. Sin embargo, es evidente que las presentaciones en el foro OstSüdOst –que suele estar respaldado por institutos culturales que buscan llamar la atención de los potenciales lectores sobre la producción de los autores de su país– son las más importantes y admirables. Por otra parte, en la Feria de Leipzig existe menos movimiento de agentes literarios o editores individuales; es evidente que la Feria del Libro de Frankfurt es el Dorado en otoño, para el comercio de licencias literaria.

    También, a diferencia de Frankfurt, durante los cuatro días del evento, circulan personas particulares por sus cuatro pabellones. El 2019 se registraron 290.000 visitantes, incluido el programa de acompañamiento “Leipzig lee”. La Feria del Libro de Leipzig no es una feria especializada como la de Frankfurt: cualquiera puede ingresar con sus tickets y comprar libros en las grandes librerías representadas in situ. Asisten escolares en grupos de visita, familias y cochecitos de bebé, personas de la tercera edad,  y los visitantes del Halle Eins. El Halle Eins es la zona de la Manga-Comic-Convención. Desde ese recinto se desbordan con frecuencia algunos Cosplayers disfrazados de su personaje favorito de ficción, sirviendo de inspiranción a más de un visitante ferial de atuendo poco original o llamativo. Sin embargo –pienso– ni las trenzas rasta de Iljoma Mangold, autor del libro Deutschen Krokodil (Cocodrilo alemán) que acabo de leer, ni el uniforme verde del Gaucho Luis Cisneros Visquerra, sobre quién justamente ese día se publicó un libro escrito por su hijo Renato, me sentarían muy bien.

    La Editorial Sezession de Berlín presentó en la Feria de Leipzig 2019 la traducción del libro La distancia que nos separa (título original en español); la tinta estaba aún fresca. Si, definitivamente, estaban interesados en literatura latinoamericana y pude haber tenido una agradable charla, pero lastimosamente los editores tenían mucho apuro por asistir a una conferencia de prensa con motivo de la novela –aún no terminada– Das Hinterhaus (La casa de atrás) de Ana Frank. En realidad, sí tuve una interesante conversación aquel día. Fue con el editor Stephan Trudewind, conocido por sus traducciones de libros árabes, especialmente libros infantiles. ¡Quién lo hubiera pensado, el programa de su edición Oriente también incluye títulos de autores hispanohablantes! Uno de ellos es Leporello Migrar, de compleja producción y que más bien parece un manuscrito precolombino con encuadernación de lino. Cuanto más hablamos, más rastros hispanófilos descubro, especialmente entre los representares de pequeñas editoriales de aficionados. Quieren hacer oír la voz de las culturas. Poco a poco escucho y percibo eso.

    En mi segundo y tercer recorrido por la feria escucho con más atención y encuentro más rastros en libros de viajes, libros ilustrados y revistas. Incluso conversé  con editores de libros infantiles que tenían ese mismo interés. Una de ellas, la propietaria de la Editorial Amiguitos cuyo objetivo no es publicar cualquier historia en tantos idiomas como sea posible, sino hacer que las peculiaridades culturales de las muchas áreas culturales de habla hispana sean experimentables para otras áreas lingüísticas en forma de cuentos.

    Tales conceptos girando en la Feria de Leipzig obligan a pensar en el mercado. Buen bien, las idas y vueltas en el mercado tienden a olvidar a las pequeñas editoriales, esas que están especializadas en su nicho, con alma y corazón. Las pequeñas editoriales están entre los pocos que no han perdido los nervios al oír las grandes discusiones sobre el potencial de destrucción del mercado del software de traducción y la inteligencia artificial, que pronto podrán escribir best-sellers en series completas. Al margen, se realizó una mesa redonda al respecto; los participantes se dividieron en dos grupos, dependiendo de si habían leído o no las 21 lecciones para el siglo XXI de Yuval Noah Hararis.

    “Leen mucho y les gusta comprar libros”, esa es la buena reputación de la que todavía gozan  los alemanes. Por lo tanto, algunas cifras,  preguntas y respuestas sobre el estado actual del mercado son sin duda interesantes. En marzo del 2019 muchos estaban interesados sobre lo mismo después de que el Grupo KNV, un importante intermediario en el sector del libro alemán, se declaró en quiebra unas semanas antes de la inauguración de la Feria de Leipzig,  llevando los ingresos del negocio navideño de los libros a la quiebra en masa.

    El director general del Börsenverein, Alexander Skipis, subrayó en su discurso de apertura en el Gewandhaus de Leipzig, que el administrador de la insolvencia tendría “una buena intuición para las necesidades del sector”. La pregunta es si Skipis tiene buena intuición en cuanto a administradores de la insolvencia. Sin embargo, todavía hay más mayoristas para mantener el sistema especial alemán del comercio intermedio, a cuyas ventajas los clientes se acostumbran rápidamente.

    En su dossier de prensa, la Börsenverein publicó cifras de estudios de mercado y de compradores de libros de estudio – quo vadis, según las cuales el número de personas que compran libros en Alemania ha vuelto a aumentar en un 1 por ciento desde 2017. Esto sería un desarrollo gratificante de una curva que, según Statista, corre suave pero visiblemente en caída. Para el 2017, el portal de estadísticas del sector estima un volumen total de negocio de 9.310 millones de euros en el mercado del libro, de los cuales el 3 por ciento corresponde a los audiolibros. La misma encuesta  estima que el porcentaje de libros electrónicos se mantendrá constante y que el total de ventas se mantendrá estable hasta el 2022. Otra encuesta del 2016 no preguntaba cuánto se compraba, sino qué se leía realmente, y llegó a unos 14 libros al año en Alemania, con los libros de texto excluidos del recuento, lo que dificulta la comparación de estas cifras con otros países. Un estudio de Allensbach del 2017 alerta que sólo el 42 por ciento de los adultos toma un libro en las manos una vez a la semana. En el estudio comparativo del 2012 todavía era del 49 por ciento. La frecuencia aumenta continuamente con la edad: los mayores de 55 años leen más, los jóvenes menos. La Fundación Lesen no ha llevado a cabo ninguna encuesta desde hace 10 años; está totalmente comprometida con la promoción de la lectura con la Generación Smartphone, de la cual una quinta parte en Alemania no puede leer de forma significativa, tal y como ha alertado recientemente a la prensa la encuesta de la escuela primaria IGLU.

    Sin embargo, nadie en las ferias de libros quiere contagiarse de este mal humor general. Yo tampoco; prefiero mirar la página de informes. Previo al evento, estaba anunciado un café en Twitter para el primer blog latino que conocería en Leipzig. El segundo día, el café estaba todavía sin ser realidad. Una razón para dirigirme al Blogger Lounge en el pabellón 5, donde los bloggers de libros y cultura acreditados podían retirarse para realizar entrevistas, trabajar y reunirse en los cómodos sofás de cuero rojo, o para tomar café y establecer contactos.  Ingresé al recinto junto a un grupo de blogueros bávaros de novelas policíacas que acababan de ser evacuados por las principales cadenas de televisión que habían comprado los derechos para retransmitir la lectura de Bela B Felsenheimer. Aunque los video bloggers estaban acostumbrados a este tipo de acciones, sus ánimos no disminuyeron sino que se animaron con las murmuraciones respecto a la inminente votación sobre una ley europea de derechos de autor que se espera llegue a cambiar significativamente los fundamentos empresariales de los blogs de YouTube.

    El panorama general derivado de mis conversaciones de blogger no era más que la mirada al presente: el mundo es diverso y el internet puede representar a una gran diversidad de grupos de interés con mayor rapidez y de una manera más atractiva en relación a la crítica literaria tradicional de los Gatekeeper. Que los derechos de autor es un asunto complicado y que el café es importante son aspectos que se aprenden siguiendo las BloggerSessions en #LBM19.

    La mayoría de los editores tiene una rutina con los bloggers y tiene reglas en sus sitios web (a partir de cuántos miles de suscriptores se obtienen copias gratuitas de las editoriales, por ejemplo). La oficina de prensa de la Feria del Libro de Leipzig acepta bloggers, pero selecciona y verifica la calidad cultural de cada blog. Sólo las páginas que han estado activas y tienen una regularidad de varios años, además de tener reseñas de libros detalladas y de calidad pueden usar sus tarjetas de prensa y realizar entrevistas. Www.niemandsland.net.bo. toma como un elogio el haber pasado los filtros de selección  y, por tal razón, agradecemos a la Feria del Libro de Leipzig por la oportunidad de estar presentes, y también por el café,  los días agradables entre libros y la amabilidad de la gente. Nuestro consejo: giren un poco más hacia las letras en español; volveremos…

     

     

    Franziska Sörgel
    Traducción: Antje Linnenberg

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